A veces, para avanzar, hace falta parar un momento, mirar lo que has construído y preguntarte si el nombre que llevas representa lo que eres.
Eso es lo que me estaba pasando desde hace unas semanas, sentía que mi marca estaba crecidendo, que mis muñecos, mi taller y todo lo que comparto en redes tenían cada vez más identidad, más allma, pero el nombre que utlizaba no sonaba a mí del todo.
Y entonces apareció, casi sin buscarlo, La Casita de Eva.
Porque eso es esactamente lo que es este proyecto para mí: una casita. Un lugar creado con mucho cariño, donde se cose, se teje, se sueña y se crean muñecos llenos de vida. Un lugar donde pasan cosas bonitas, donde cada rincón guarda historias y cada detalle importa.
Cambiar de nombre no ha sido fácil. Me ha dado repeto. Pero también me ha hecho ilusión.
Ahora me siento mejor, más identificada porque si alguna vez has estado en mi taller, sabes que es eso: una casita. Y si no has venido aún, espero que lo sientas en cada cosa que hago.
Así que sí, estrenamos nombre. Pero todo lo demás sigue igual: las manos que cosen, los hilos que unen, las ideas que nacen del corazón y las ganas de seguir compartiendo este camino contigo.
Gracias por estar ahí, por acompañarme y por hacer que esta casita tentga sentido.
Bienvenida a La Casita de Eva.